sábado, 19 de noviembre de 2022

# animación # pelicula

Crítica animación: HORMIGUITAZ

 

Los 90 fue la década para experimentar con aquélla nueva animación en 3D, o conocida también como CGI. Ya teníamos exponentes por parte de Pixar Toy Story y Bichos: una aventura en miniatura. Una empresa en aquél momento desconocida bajo el nombre de DREAMWORKS trajo un producto similar najo en nombre en inglés de Antz.


Individualismo y crisis


Zeta en una hormiga obrera en medio de una crisis. No le gusta ser parte de un grupo. Quiere sobresalir, ser un individuo capaz de sobresalir y ser independiente, pero la colonia donde vive no le da esa oportunidad pues es obligado a atacar órdenes.


Al mismo tiempo la Princesa Bala, tiene un momento de rebeldía y se encuentra con Zeta en el bar locar de la colonia y pasan una noche atrevida, bailando de manera diferente y de esa manera imponerse a las normas, pero ella escapa. Con ayuda de su mejor amigo, un soldado llamado Weaver logra infiltrarse en el campo de batalla donde los soldados les espera el fin, pues han sido engañados por el general Mandible.


Esta hormiga tiene planes para la colonia de hormigas y sin querer, Zeta se ve involucrada por su engaño y por aparentar haber secuestrado a la Princesa Bala.


Crítica


La película invita al libre pensamiento, el individualismo y que no nos debemos dejar llevar por órdenes si algo no nos agrada de esto. Es decir. Recibir y obedecer órdenes es importante, no importa en qué comunidad estemos (escuela, oficina, etc). Pero tenemos libre albedrío; somos individuos, capaces de decidir que queremos hacer en vez de ser robots.


La película nos da un equilibrio entre ser un individuo, capaz de tener ideas propias, gustos propios y decidir qué queremos hacer y, al mismo tiempo pertenecer a un grupo, invitando a cada individuo a forrmar parte de un equipo, pues es necesario para sobreivvir, para sobresalir y para poder tener éxito.


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